Arrancó para pasarlo por encima, tuvo situaciones mas propicias pero pecó de eficacia frente a Luchetti. Lo tuvo primero Fabro, luego Triverio, pero ninguno de los dos pudo abrir el marcador porque la gran actuación en esos primeros minutos del ex arquero de Banfield se lo estaba impidiendo. Unión era mejor que Atlético Tucumán, pero el que golpeó primero fue la visita. Un tiro libre de uno de los ex Unión que estaban en el 15 de Abril en la tarde calurosa de Santa Fe, el “Gurí” García, se hizo cargo de la ejecución y con un disparo que pasó por todo el frente de quienes estaban dentro del área, inclusive Castro, que solamente atinó a mirar como la pelota se metía en su red, pone el primer gol del Decano en la avenida.
Fueron 4 minutos fatídicos para el equipo de Madelón, porque 240 segundos después del grito de García, la pelota quedó zigzagueando en el área chica de Castro, y este no reaccionó nuevamente para meterle un puñetazo o tirarse encima de ella para impedir otra caída, y se la dejó servida en bandeja a Francisco Grahl para que luego de una pisada maradoniana para abrirse espacio, la empuje al arco y así poner dos goles arriba a Atlético. Un resultado totalmente mentiroso hasta el momento porque fue el dueño de casa el que estaba haciendo mejor las cosas como para ir ganando el encuentro, pero la reacción inexistente de su arquero en ambas jugadas lo dejaron debajo en el marcador de manera increíble en pocos minutos.
Según los grandes conocedores del deporte más lindo del mundo, el 2 a 0 es el peor resultado que pueda existir durante el desarrollo de un partido. Y pareciera que diez de los 11 muchachos con la rojiblanca a bastones se acordaron de eso, porque después del gol de Grahl, siguieron con el protagonismo del partido en busca de una remontada que a esa altura parecía difícil, pero no imposible. Y fue ese orgullo tatengue, las ganas de las canteras que empezaron por empujar al equipo con Britez y Mauri por los laterales, ayudados por Rivas en el medio. El resto era un complemento en busca de lastimar la defensa tucumana y poder vulnerar al Laucha Luchetti.
Hasta que de tanto ir, Unión tuvo su recompensa sobre el final de la primera etapa cuando Enrique Triverio empujó una pelota que le quedó y descontó para darle respiro e ilusión a los conducidos por Madelón. Al descanso un gol abajo.
Pero antes de que Lamolina pitara el final, Mariano Mauri tuvo el empate en sus pies, pero el primer asistente levantó el banderín para marcar un off side inexiste. Gol mal anulado, y seguían las injusticias en el arco de “La Bomba”.
En esa primera etapa, Unión hizo mejor las cosas que Atlético Tucumán, pero esto es fútbol y nada se consigue por merecimiento. El equipo de Rivoira fue efectivo cuando pudo y estaba encima en el marcador. En Unión, en cambio, Bruna y sobre todo Castro fallaron, no estaban precisos el encargado de la recuperación y distribución, ni el que tenía que evitar que la pelotita pase la última línea del arco. Factores suficientes para una caída inmerecida.
De movida Madelón introdujo una variante para comenzar el segundo tiempo. Hizo lo mas sencillo, sacar a Bruna para que ingrese Martínez (de los dos, este último hizo mejor las cosas en San Francisco hace una semana y no entendí nunca su salida). Sacar a Castro para que juegue Nereo Fernández era quemar al uruguayo, y por códigos futbolísticos el técnico tatengue tal vez no lo hizo, siendo el uno el mayor responsable de los dos goles visitantes.
La segunda mitad comenzó al igual que la primera y su continuidad (a excepción de los 4 minutos en que Unión desapareció del terreno), con el local yendo con todo en busca de una rápida igualdad para luego ir en busca de la victoria. La tan anhelada igualdad por las más de 20 mil almas rojiblancas que estaban en la cancha no demoró en llegar, ya que a los 5 minutos, Claudio Guerra cambió penal por gol, luego de una mano en el área de Sbuttoni.
Delirio en el 15 de Abril, se estaba haciendo justicia en el marcador.
Atlético se aferró al empate, se quería llevar un punto de Santa Fe que a esa altura cotizaba en alza. Unión no quería regalarle nada y lo empezó a llevar por delante con un Martínez que se adueñó del mediocampo para jugar con Malcorra y Fabro en buscar de abastecer a los puntas. Y fue el ex Brown de Adrogué que luego de un centro rechazado por la defensa tatengue encabezó una contra que terminó de frente al arquero tucumano y su remate potente se estrelló en el poste izquierdo de este. Se volvió a salvar la visita. O mejor dicho, Unión volvió a desperdiciar una situación más de tantas que tuvo para marcar diferencia.
El encuentro se fue en imprecisiones para la definición por el lado local, pero con un buen juego que tranquiliza a más de un hincha. Y con un equipo que vino a hacer su negocio, que era no perder. Llevarse un punto a Tucumán estaba bien. Pero en un centro del autor del primer gol al corazón del área rojiblanca encontró la testa de Malagueño para desviar la trayectoria del balón y volver a poner en ventaja a la visita. El tercer error grosero de Castro dejaba a Unión con las manos vacías una vez más, y a la gente que explotaba en las tribunas. Faltaban 13 minutos para el final, la yeta para un Unión que no podía acertar un pase en el apuro por meter el cuarto gol antes que llegar al empate.
En los cuatro costados se pedía la cabeza del arquero, máximo responsable de la derrota tatengue como local. El resto del equipo tuvo un partido correcto, los delanteros volvieron a convertir y eso es algo muy positivo de cara al futuro. Pero si se quiere pelear por uno de los cinco puestos de la zona para volver a Primera, Unión no se puede permitir los errores que se permitió su número uno en la tarde dominguera. Errores que le costaron caro, le costaron tres puntos que lo podían acomodar en las posiciones, las cuales hoy lo encuentran a los conducidos por Madelón en el fondo del barco sin un salvavidas en caso que se venga a flote. Todavía hay tiempo, pero ese tiempo es YA, hoy se debe cambiar de raíz para que mañana las cuentas empiecen a dar positivo y en el bolsillo pueda quedar algún vuelto por si las dudas se necesita en las últimas jornadas.
Repito, de los 14 que utilizó el técnico, 12 hicieron las cosas bien. Bruna pagó sus errores quedándose en los vestuarios, pero Castro permaneció para seguir equivocándose garrafalmente y vender caro un partido que fue muy favorable para Unión. Lamentable, pero cierto. Unión perdió sin merecerlo cuando hizo las cosas mucho mejor que su rival. Pero es así y ya no hay vuelta atrás.
“Quiero concentrar en hoteles de primera” declaró en la previa al comienzo del torneo. Algo que el club escuchó e hizo caso. Ya está, tenes tu hotel de primera. Ahora dale la respuesta vos a la institución Castro, el próximo partido lleva las manos por favor.
PÁRRAFO APARTE
Los lamentables incidentes nuestros de cada día como sociedad esta vez fueron trasladados a la tribuna tatengue, cuando dos facciones de la barra, la que comandan “Los Mellis” y la de “El Oso” se tomaron a golpes de puño en pleno partido. Fueron aproximadamente diez minutos los que estuvieron a las piñas limpias, hablando mal y pronto. Hasta que la policía decidió intervenir y sacar a los del Oso fuera de la cancha para minutos más tarde correrlos a tiros. Todo esto se robó la atención del estadio, el partido quedó a un lado por algunos minutos para muchos de los que estuvimos en la cancha.
Atlético se aferró al empate, se quería llevar un punto de Santa Fe que a esa altura cotizaba en alza. Unión no quería regalarle nada y lo empezó a llevar por delante con un Martínez que se adueñó del mediocampo para jugar con Malcorra y Fabro en buscar de abastecer a los puntas. Y fue el ex Brown de Adrogué que luego de un centro rechazado por la defensa tatengue encabezó una contra que terminó de frente al arquero tucumano y su remate potente se estrelló en el poste izquierdo de este. Se volvió a salvar la visita. O mejor dicho, Unión volvió a desperdiciar una situación más de tantas que tuvo para marcar diferencia.
El encuentro se fue en imprecisiones para la definición por el lado local, pero con un buen juego que tranquiliza a más de un hincha. Y con un equipo que vino a hacer su negocio, que era no perder. Llevarse un punto a Tucumán estaba bien. Pero en un centro del autor del primer gol al corazón del área rojiblanca encontró la testa de Malagueño para desviar la trayectoria del balón y volver a poner en ventaja a la visita. El tercer error grosero de Castro dejaba a Unión con las manos vacías una vez más, y a la gente que explotaba en las tribunas. Faltaban 13 minutos para el final, la yeta para un Unión que no podía acertar un pase en el apuro por meter el cuarto gol antes que llegar al empate.
En los cuatro costados se pedía la cabeza del arquero, máximo responsable de la derrota tatengue como local. El resto del equipo tuvo un partido correcto, los delanteros volvieron a convertir y eso es algo muy positivo de cara al futuro. Pero si se quiere pelear por uno de los cinco puestos de la zona para volver a Primera, Unión no se puede permitir los errores que se permitió su número uno en la tarde dominguera. Errores que le costaron caro, le costaron tres puntos que lo podían acomodar en las posiciones, las cuales hoy lo encuentran a los conducidos por Madelón en el fondo del barco sin un salvavidas en caso que se venga a flote. Todavía hay tiempo, pero ese tiempo es YA, hoy se debe cambiar de raíz para que mañana las cuentas empiecen a dar positivo y en el bolsillo pueda quedar algún vuelto por si las dudas se necesita en las últimas jornadas.
Repito, de los 14 que utilizó el técnico, 12 hicieron las cosas bien. Bruna pagó sus errores quedándose en los vestuarios, pero Castro permaneció para seguir equivocándose garrafalmente y vender caro un partido que fue muy favorable para Unión. Lamentable, pero cierto. Unión perdió sin merecerlo cuando hizo las cosas mucho mejor que su rival. Pero es así y ya no hay vuelta atrás.
“Quiero concentrar en hoteles de primera” declaró en la previa al comienzo del torneo. Algo que el club escuchó e hizo caso. Ya está, tenes tu hotel de primera. Ahora dale la respuesta vos a la institución Castro, el próximo partido lleva las manos por favor.
PÁRRAFO APARTE
Los lamentables incidentes nuestros de cada día como sociedad esta vez fueron trasladados a la tribuna tatengue, cuando dos facciones de la barra, la que comandan “Los Mellis” y la de “El Oso” se tomaron a golpes de puño en pleno partido. Fueron aproximadamente diez minutos los que estuvieron a las piñas limpias, hablando mal y pronto. Hasta que la policía decidió intervenir y sacar a los del Oso fuera de la cancha para minutos más tarde correrlos a tiros. Todo esto se robó la atención del estadio, el partido quedó a un lado por algunos minutos para muchos de los que estuvimos en la cancha.
Debemos plantearnos como sociedad que es lo que queremos hacer de nuestras vidas, porque así no vamos a ningún lado, y si se va a alguno, estoy completamente seguro ese lado no le conviene a nadie. El club debe tomar las medidas necesarias junto con el gobierno y la policía para que cosas como estas no vuelvan a suceder, porque el domingo fue dentro de la tribuna y a las piñas, pero en cualquier momento puede pasar en la cancha y puede haber más que piñas.
A prestar atención Unión, vos no sos así y esta gente te está ensuciando con sus hechos. Despertate Tatengue, no duermas en los laureles de un hecho que no puede pasar desapercibido.
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